for example, assumed the position of medical dictators, ordering doctors to follow protocols derived not from those having extensive experience in treating this virus, but rather from a medical bureaucracy that has never treated a single COVID-19 patient. The mandated use of respirators on ICU Covid-19 patients, for example, was imposed in all medical systems and dissenting physicians were rapidly removed from their positions as caregivers, despite their demonstration of markedly improved treatment methods. Further, doctors were told to use the drug remdesivir despite its proven toxicity, lack of effectiveness and high complication rate. They were told to use drugs that impaired respiration and mask every patient, despite the patient’s impaired breathing. In each case, those who refused to abuse their patients were removed from the hospital and even faced a loss of license—or worse. For the first time in modern medical history, early medical treatment of these infected patients was ignored nationwide. Studies have shown that early medical treatment was saving 80% of higher number of these infected people when initiated by independent doctors.[43,44] Early treatment could have saved over 640,000 lives over the course of this “pandemic”. Despite the demonstration of the power of these early treatments, the forces controlling medical care continued this destructive policy. Families were not allowed to see their loved ones, forcing these very sick individuals in the hospitals to face their deaths alone. To add insult to injury, funerals were limited to a few grieving family members, who were not allowed to even sit together. All the while large stores, such as Walmart and Cosco were allowed to operate with minimal restrictions. Nursing home patients were also not allowed to have family visitations, again being forced to die a lonely death. All the while, in a number of states, the most transparent being in New York state, infected elderly were purposefully transferred from hospitals into nursing homes, resulting in a very high death rates of these nursing home residents. At the beginning of this “pandemic” over 50% of all death were occurring in nursing homes. Throughout this “pandemic” we have been fed an unending series of lies, distortions and disinformation by the media, the public health officials, medical bureaucracies (CDC, FDA and WHO) and medical associations. Physicians, scientists, and experts in infectious treatments who formed associations designed to develop more effective and safer treatments, were regularly demonized, harassed, shamed, humiliated, and experience a loss of licensure, loss of hospital privileges and, in at least one case, ordered to have a psychiatric examination.[2,65,71] Anthony Fauci was given essentially absolute control of all forms of medical care during this event, including insisting that drugs he profited from be used by all treating physicians. He ordered the use of masks, despite at first laughing at the

por ejemplo, asumieron el cargo de dictadores médicos, ordenar a los médicos que sigan protocolos que no se derivan de los tener una amplia experiencia en el tratamiento de este virus, sino más bien de una burocracia médica que nunca ha tratado a un solo Paciente con COVID-19. El uso obligatorio de respiradores en la UCI Pacientes de Covid-19, por ejemplo, se impuso en todos los médicos sistemas y los médicos disidentes fueron rápidamente eliminados de sus posiciones como cuidadores, a pesar de su demostración de métodos de tratamiento notablemente mejorados. Además, los médicos se les dijo que usaran el medicamento remdesivir a pesar de su eficacia comprobada toxicidad, falta de efectividad y alta tasa de complicaciones. Se les dijo que usaran drogas que afectaran la respiración y enmascare a todos los pacientes, a pesar de la dificultad para respirar del paciente. En cada caso, aquellos que se negaron a abusar de sus pacientes fueron retirados del hospital e incluso enfrentaron la pérdida de licencia, o algo peor. Por primera vez en la historia médica moderna, la medicina temprana el tratamiento de estos pacientes infectados fue ignorado en todo el país. Los estudios han demostrado que el tratamiento médico temprano estaba ahorrando 80% del mayor número de estas personas infectadas cuando se inició por médicos independientes.[43,44] El tratamiento temprano podría haber salvó más de 640.000 vidas en el transcurso de esta “pandemia”. A pesar de la demostración del poder de estos primeros tratamientos, las fuerzas que controlan la atención médica continuaron este política destructiva.A las familias no se les permitía ver a sus seres queridos, lo que las obligaba a estos individuos muy enfermos en los hospitales para hacer frente a sus muertes solas. Para colmo de males, los funerales fueron limitados a algunos miembros de la familia en duelo, a quienes no se les permitió incluso sentarse juntos. Mientras tanto, las grandes tiendas, como Walmart y Cosco pudieron operar con restricciones mínimas. A los pacientes de hogares de ancianos tampoco se les permitía tener visitas familiares, siendo nuevamente forzados a morir una muerte solitaria. Mientras tanto, en varios estados, el más transparente estando en el estado de Nueva York, los ancianos infectados fueron deliberadamente transferidos de hospitales a hogares de ancianos, lo que resulta en una tasa de mortalidad muy alta de estos residentes de hogares de ancianos. A el comienzo de esta "pandemia" más del 50% de todas las muertes fueron que ocurren en los hogares de ancianos. A lo largo de esta “pandemia” se nos ha alimentado con un sinfín de serie de mentiras, distorsiones y desinformación por parte de los medios, los funcionarios de salud pública, las burocracias médicas (CDC, FDA y la OMS) y asociaciones médicas.Médicos, científicos, y expertos en tratamientos infecciosos que formaron asociaciones diseñados para desarrollar tratamientos más efectivos y seguros, fueron regularmente demonizado, acosado, avergonzado, humillado y experimentar la pérdida de la licencia, la pérdida de los privilegios del hospital y, en al menos un caso, ordenado para un examen psiquiátrico.[2,65,71] A Anthony Fauci se le otorgó esencialmente el control absoluto de todos formas de atención médica durante este evento, incluyendo insistir que los medicamentos de los que se beneficiaba fueran utilizados por todos los médicos tratantes. Ordenó el uso de mascarillas, a pesar de que al principio se rió de la