The Government’s former food “tsar” Henry Dimbleby has suggested meat intake be reduced to avoid climate breakdown. Last week, Durham University researchers suggested cigarette-style graphic warning labels could cut consumption. What’s most irksome isn’t the tireless assault on the essentials for a good life, it’s the shortsightedness of trying to scrap something before considering the consequences – not least for the energy system and the grid. Dismantling gas infrastructure will be very expensive: just this week, National Grid warned it will spend up to £19 billion on new pylons and transmission systems across the country to prepare for an era where fossil fuels for heating and transport will be largely replaced by electricity. Some of this new equipment will be produced in nations with higher carbon emissions and transported in pollution-spewing container ships. Of course we need to reduce our carbon footprint and air-pollution levels. But we don’t need endless bans and crippling costs. So, enjoy your gas hob while you can. Texan congressman Ronny Jackson, who earlier this year tweeted that his stove would need to be pried from his “cold, dead hands”, certainly will be.

El ex “zar” alimentario del gobierno, Henry Dimbleby, ha sugerido que se reduzca el consumo de carne para evitar el colapso climático. La semana pasada, investigadores de la Universidad de Durham sugirieron que las etiquetas de advertencia gráficas estilo cigarrillo podrían reducir el consumo. Lo más irritante no es el ataque incansable a lo esencial para una buena vida, sino la miopía de intentar descartar algo antes de considerar las consecuencias, sobre todo para el sistema energético y la red. Desmantelar la infraestructura de gas será muy costoso: esta misma semana, National Grid advirtió que gastará hasta £19 mil millones en nuevas torres de alta tensión y sistemas de transmisión en todo el país para prepararse para una era en la que los combustibles fósiles para calefacción y transporte serán reemplazados en gran medida por la electricidad. . Algunos de estos nuevos equipos se producirán en países con mayores emisiones de carbono y se transportarán en buques portacontenedores que arrojan contaminantes. Por supuesto que necesitamos reducir nuestra huella de carbono y los niveles de contaminación del aire. Pero no necesitamos prohibiciones interminables ni costos agobiantes. Así que disfruta de tu encimera de gas mientras puedas. El congresista texano Ronny Jackson, quien a principios de este año tuiteó que sería necesario arrancarle su estufa de sus “manos frías y muertas”, ciertamente lo será.