Your phone lights up with an unsolicited call. Do you a) panic and assume someone must have died, b) silence it and hope the caller gets the message, or c) answer immediately with a cheery, “Hello! How funny, I was just about to call you.” If c), you are part of a dying breed: people who actually like talking on the phone. Indeed, phone calls have become such an intergenerational minefield that this week Debrett’s even issued an etiquette guide to help every age navigate them in 2023, issuing advice like, “Remember that some people, especially if they are young, can find unexpected calls alarming.” That kind of thing. Yet the fact that phone calls are on the decline will come as no surprise to anyone over 60. If you are of a certain age you will already spend a large portion of your time trying to reach unresponsive children – them or younger colleagues who would rather you put your requests/complaints/helpful suggestions in a crisp WhatsApp message. And while you can remember a time when your day was punctuated by phone calls you will be aware that, for the rest of the world, texts, WhatsApps and DMs have taken their place. Most of us these days exist in a world where friends and spouses, rather than phoning at lunch to relate what sort of day they are having, simply send an emoji with a frazzled expression. And old pals, rather than calling for a catch up, send a long voice note while en route to pilates. But it also means we are simply talking less. Ofcom figures show that total fixed and mobile call volumes have dropped dramatically in the past decade, from 225 billion minutes in 2012 to 202 billion in 2022. At our garrulous, “It’s good to talk” peak in 2008, a sweet spot when everyone had both a mobile phone and a landline (and hadn’t yet developed a fear of picking up either), Britons spent 256 billion minutes on the phone. That’s 54 billion minutes less talking now, every year. 54 billion minutes more silence annually; 103,000 years – countless lifetimes’ worth of chat, gone.

Tu teléfono se ilumina con una llamada no solicitada. ¿A) entra en pánico y asume que alguien debe haber muerto, b) lo silencia y espera que la persona que llama reciba el mensaje, o c) responde inmediatamente con un alegre “¡Hola! Qué gracioso, estaba a punto de llamarte”. Si c), eres parte de una raza en extinción: personas a las que realmente les gusta hablar por teléfono. De hecho, las llamadas telefónicas se han convertido en un campo minado intergeneracional tal que esta semana Debrett incluso publicó una guía de etiqueta para ayudar a todas las edades a navegar en 2023, con consejos como: “Recuerde que algunas personas, especialmente si son jóvenes, pueden encontrar alarmantes las llamadas inesperadas. " Ese tipo de cosas. Sin embargo, el hecho de que las llamadas telefónicas estén disminuyendo no sorprenderá a nadie mayor de 60 años. Si tienes cierta edad, ya pasarás una gran parte de tu tiempo tratando de llegar a niños que no responden: ellos o colegas más jóvenes que preferirían pones tus solicitudes/quejas/sugerencias útiles en un mensaje nítido de WhatsApp. Y si bien puedes recordar un momento en el que tu día estuvo marcado por llamadas telefónicas, sabrás que, para el resto del mundo, los mensajes de texto, WhatsApp y DM han tomado su lugar. Hoy en día, la mayoría de nosotros vivimos en un mundo donde amigos y cónyuges, en lugar de llamarnos durante el almuerzo para contarnos qué tipo de día están teniendo, simplemente envían un emoji con una expresión agotada.Y los viejos amigos, en lugar de pedir que se pongan al día, envían una larga nota de voz mientras se dirigen a Pilates. Pero también significa que simplemente hablamos menos. Las cifras de Ofcom muestran que el volumen total de llamadas fijas y móviles ha caído dramáticamente en la última década, de 225 mil millones de minutos en 2012 a 202 mil millones en 2022. En nuestro locuaz pico de “Es bueno hablar” en 2008, un punto ideal cuando todos tenían Tanto un teléfono móvil como un fijo (y todavía no tenían miedo de contestar ninguno de los dos), los británicos pasaron 256 mil millones de minutos al teléfono. Eso significa 54 mil millones de minutos menos de conversación cada año. 54 mil millones de minutos más de silencio al año; 103.000 años: innumerables vidas de charlas desaparecidas.