Anyone for free money? Yes, as the Prime Minister discovered when he was offering to pay for our pub lunch under the Eat Out to Help Out scheme. But his marketing genius seems to have deserted him when it comes to the seemingly more generous offer of thousands of pounds for a heat pump. Even with an increase in the grant from £5,000 to £7,500 per installation, the Boiler Upgrade Scheme has failed to capture the imagination of the British public. In the first two years of the scheme only £127 million out of a possible £300 million of grants have been taken up. Between May 2022, when the subsidies were introduced, and December last year just 18,900 heat pumps were installed – compared with 1.5 million new gas boilers. And no, it isn’t because the gas boiler industry has poisoned our minds with anti-heat pump propaganda, as the green lobby would have it. Rather it comes down to basic economics. A £7,500 grant doesn’t seem such a good deal when it comes in the form of a discount on something which remains fantastically expensive even after the grant is taken into account. The justification for subsidising heat pumps was supposed to be that it would allow the industry to reach a larger scale and thus bring down costs. But that doesn’t seem to be happening. I first obtained a quote for a heat pump for my home in 2010, when it was going to cost £10,000. True, some things come down in price when they move from being a niche product to a mass market one, but it is foolish to assume that all new technologies will go this way. Moreover, with heat pumps there is the added problem of their questionable effectiveness in older properties. Some people seem to like them, while others have splashed out many thousands still find themselves shivering in a lukewarm home.

¿Alguien quiere dinero gratis? Sí, como descubrió el Primer Ministro cuando se ofreció a pagar nuestro almuerzo en el pub bajo el programa Eat Out to Help Out. Pero su genio del marketing parece haberlo abandonado cuando se trata de la oferta aparentemente más generosa de miles de libras por una bomba de calor. Incluso con un aumento de la subvención de £5.000 a £7.500 por instalación, el Plan de mejora de calderas no ha logrado captar la imaginación del público británico. En los dos primeros años del plan sólo se han utilizado £127 millones de un posible £300 millones de subvenciones. Entre mayo de 2022, cuando se introdujeron los subsidios, y diciembre del año pasado, solo se instalaron 18.900 bombas de calor, en comparación con 1,5 millones de calderas de gas nuevas. Y no, no es porque la industria de las calderas de gas haya envenenado nuestras mentes con propaganda contra las bombas de calor, como pretende el lobby ecologista. Más bien todo se reduce a la economía básica. Una subvención de £7.500 no parece un buen negocio cuando se trata de un descuento en algo que sigue siendo increíblemente caro incluso después de tener en cuenta la subvención. Se suponía que la justificación para subsidiar las bombas de calor era que permitiría a la industria alcanzar una escala mayor y así reducir los costos. Pero eso no parece estar sucediendo. La primera vez que obtuve un presupuesto para una bomba de calor para mi casa fue en 2010, cuando iba a costar 10.000 libras esterlinas.Es cierto que algunas cosas bajan de precio cuando pasan de ser un producto de nicho a ser un producto de mercado masivo, pero es una tontería suponer que todas las nuevas tecnologías seguirán este camino. Además, con las bombas de calor existe el problema añadido de su cuestionable eficacia en propiedades más antiguas. A algunas personas parece gustarles, mientras que otras las han gastado y muchos miles todavía se encuentran temblando en un hogar tibio.