We simply do not know the long-term impacts.” How long we have waited for the words and wisdom of Dr Hilary Cass. Now that the world-renowned paediatrician and chairman of the independent review of gender identity services for children and young people has submitted her report to NHS England, we have 400 pages of them, and every sentence should feel like vindication, every recommendation providing us with the light-headed relief that only comes when someone finally states the obvious. When the child at the end of the Emperor’s New Clothes finally says: “But the emperor has nothing at all on!” When common sense finally cuts through the madness. “For most young people, a medical pathway” is not the best way to deal with gender-related issues, summarises Dr Cass. There is “no good evidence on the long-term outcomes of interventions to manage gender-related distress,” and young people questioning their gender identity should be given “a holistic assessment” including screening for neurodevelopmental conditions such as autism. Moving forward, we should above all “exercise extreme caution”. As in the Emperor’s New Clothes, other voices are now freely echoing Dr Cass’s views. At the dinner parties where the “wrong” opinion could once silence a room, people are suddenly in agreement that “we took our eye off the ball”; on the panel shows where any opposing argument for the teaching of gender identity in schools was once steeped in caveats, there’s a new stridency. Then there are the public figures speaking out with renewed vigour. Teachers must no longer allow themselves to be “bullied” by transgender campaigners, Damian Hinds told this paper on Sunday, and should be duty-bound to inform parents if their child wants to change gender. The schools minister has doubled down and said the report “draws a line in the sand”. Mark Russell, the chief executive of The Children’s Society, called this “a watershed moment” and Rishi Sunak has insisted that “the wellbeing and health of children must come first”.

Simplemente no conocemos los impactos a largo plazo”. Cuánto tiempo hemos esperado las palabras y la sabiduría de la Dra. Hilary Cass. Ahora que la pediatra de renombre mundial y presidenta de la revisión independiente de los servicios de identidad de género para niños y jóvenes ha presentado su informe al NHS de Inglaterra, tenemos 400 páginas, y cada frase debería parecer una reivindicación, cada recomendación debería proporcionarnos el alivio que sólo llega cuando alguien finalmente dice lo obvio. Cuando el niño al final del Traje nuevo del emperador finalmente dice: “¡Pero el emperador no lleva nada puesto!” Cuando el sentido común finalmente supera la locura. “Para la mayoría de los jóvenes, la carrera médica” no es la mejor manera de abordar las cuestiones relacionadas con el género, resume la Dra. Cass. No hay “pruebas convincentes sobre los resultados a largo plazo de las intervenciones para gestionar la angustia relacionada con el género”, y los jóvenes que cuestionan su identidad de género deben recibir “una evaluación holística”, que incluya pruebas de detección de afecciones del desarrollo neurológico como el autismo. De cara al futuro, deberíamos ante todo “extremar la precaución”. Como en El traje nuevo del emperador, otras voces ahora se hacen eco libremente de las opiniones del Dr. Cass.En las cenas donde la opinión “equivocada” alguna vez pudo silenciar una habitación, la gente de repente está de acuerdo en que “perdimos la vista del asunto”; En el panel se muestra que donde cualquier argumento opuesto a la enseñanza de la identidad de género en las escuelas alguna vez estuvo plagado de advertencias, ahora hay una nueva estridencia. Luego están las figuras públicas que hablan con renovado vigor. Los profesores ya no deben permitir que los activistas transgénero los “intimiden”, dijo Damian Hinds a este periódico el domingo, y deberían tener el deber de informar a los padres si su hijo quiere cambiar de género. El Ministro de Educación ha redoblado su apuesta y ha dicho que el informe "traza una línea en la arena". Mark Russell, director ejecutivo de The Children's Society, calificó este momento como "un momento decisivo" y Rishi Sunak ha insistido en que "el bienestar y la salud de los niños deben ser lo primero".