Marc Dutroux (born Nov. 6, 1956, Ixelles, Belg.) is a Belgian serial killer whose case provoked outrage at the lax response of law enforcement agencies. So intense was the public’s reaction that more than one-third of Belgians with the surname Dutroux changed their names. Dutroux had a lengthy record as a juvenile delinquent and petty criminal, and the seriousness of his crimes increased as he grew older. Later, as an unemployed electrician, he acquired various landholdings with money gained through auto theft and pimping. In 1989 Dutroux was convicted of five sexual assaults and sentenced to 13 years in prison, though he was released after only three years. During the next four years he abducted and sexually assaulted an unidentified number of girls, some of whom he allegedly murdered. Along with several accomplices, Dutroux also purportedly sold children into slavery in other countries. The Dutroux case aroused popular suspicions about the inefficiency and corruption of Belgium’s law enforcement and political establishments. The police were denounced for not pursuing leads in the investigation and for ignoring information provided by various individuals—including Dutroux’s mother, who in 1995 claimed that her son was holding girls in one of his vacant houses. In the following year, the police searched one of the houses and found two teenage girls confined in a cell; two other girls, both eight years old, were found buried at another house a few days later.

Marc Dutroux (nacido el 6 de noviembre de 1956 en Ixelles, Bélgica) es un asesino en serie belga cuyo caso provocó indignación por la respuesta laxa de las fuerzas del orden. La reacción del público fue tan intensa que más de un tercio de los belgas de apellido Dutroux cambiaron de nombre. Dutroux tenía un largo historial como delincuente juvenil y delincuente menor, y la gravedad de sus delitos aumentó a medida que crecía. Más tarde, como electricista desempleado, adquirió varias propiedades con dinero ganado mediante el robo de automóviles y el proxenetismo. En 1989, Dutroux fue declarado culpable de cinco agresiones sexuales y sentenciado a 13 años de prisión, aunque fue puesto en libertad después de sólo tres años. Durante los siguientes cuatro años secuestró y agredió sexualmente a un número no identificado de niñas, algunas de las cuales presuntamente asesinó. Junto con varios cómplices, Dutroux también supuestamente vendió niños como esclavos en otros países. El caso Dutroux despertó sospechas populares sobre la ineficiencia y corrupción del establishment político y policial de Bélgica. La policía fue denunciada por no seguir pistas en la investigación y por ignorar la información proporcionada por varias personas, incluida la madre de Dutroux, quien en 1995 afirmó que su hijo tenía niñas en una de sus casas vacías.Al año siguiente, la policía registró una de las casas y encontró a dos adolescentes confinadas en una celda; Otras dos niñas, ambas de ocho años, fueron encontradas enterradas en otra casa unos días después.