The Greek filmmaker/critic Ado Kyrou pushed the speculations around Schreck further, into the realm of macabre myth, in 1953, when he presumed that no acting was required in the film at all. “Who hides behind the character of Nosferatu?” he wrote. “Maybe Nosferatu himself?” The meticulous Schreck, with his theatre background, liked to stay in full makeup (applied daily by technicians, under Murnau’s instruction) and full costume during that shoot, whether the cameras were rolling or not. This is bound to have made the production fairly freaky for everyone else – and surely fed into the myths. Murnau invited reporters to the set, and Schreck gave interviews, too, in full makeup. In October 1921, the likes of the German movie pamphlet Film-Kurier and the newspaper Berliner Lokal-Anzeiger covered the film: they remarked on all the rats scurrying around, and heard Schreck expressing relief that he had nearly wrapped the role. Had the 42-year-old actually craved it, stardom was not all that far from Schreck’s grasp in 1921. According to the German biographer Rolf Giesen, he was instead “very quiet; close to nature; a passionate photographer who loved hiking through the Bavarian countryside”. This loner quality undoubtedly fed into the lore that would grow up around him – though his hobbies prove that daylight was a long way from his enemy.

El cineasta y crítico griego Ado Kyrou llevó las especulaciones en torno a Schreck aún más, hasta el reino del mito macabro, en 1953, cuando supuso que no se requería ninguna actuación en la película. “¿Quién se esconde detrás del personaje de Nosferatu?” él escribió. “¿Quizás el propio Nosferatu?” Al meticuloso Schreck, con su experiencia en teatro, le gustaba permanecer completamente maquillado (aplicado diariamente por técnicos, bajo las instrucciones de Murnau) y disfrazado durante ese rodaje, ya sea que las cámaras estuvieran grabando o no. Seguramente esto hizo que la producción fuera bastante extraña para todos los demás y seguramente alimentó los mitos. Murnau invitó a los periodistas al set y Schreck también concedió entrevistas, completamente maquillado. En octubre de 1921, el panfleto cinematográfico alemán Film-Kurier y el periódico berlinés Lokal-Anzeiger cubrieron la película: observaron todas las ratas corriendo y escucharon a Schreck expresar su alivio por haber casi terminado el papel. Si el hombre de 42 años realmente lo hubiera deseado, el estrellato no estaba tan lejos del alcance de Schreck en 1921. Según el biógrafo alemán Rolf Giesen, en cambio era “muy tranquilo; cerca de la naturaleza; un fotógrafo apasionado al que le encantaba hacer senderismo por la campiña bávara”. Esta cualidad solitaria sin duda alimentó la tradición que crecería a su alrededor, aunque sus pasatiempos demuestran que la luz del día estaba muy lejos de su enemigo.