The Trump presidency now looked like the high water mark of a populist wave that had broken, and was now rolling back. After a series of strongmen leaders who were inspired and emboldened by Trump’s first term, the liberal establishment was reasserting itself and the “adults in the room” were back in control. Strongmen In Brazil, Jair Bolsonaro, dubbed “the Trump of the Tropics”, won his country’s presidency in 2019. Like Mr Trump, he was an outsider populist prone to outrageous outbursts, with little time for environmental policies. In El Salvador, businessman turned politician Nayib Bukele became president after running a MAGA-influenced campaign notable for his canny use of social media. The politician and businessman is credited with bringing stability to his country, turning a global murder capital into a country safer than Canada. But his critics point out he has imprisoned tens of thousands of people and more than one per cent of the population is behind bars. Rodrigo Duterte became president of the Philippines in 2016 and launched a brutal law and order crackdown that has seen him accused of ordering extra-judicial killings. Hindu nationalist Narendra Modi won a landslide triumph in 2019. In the Old World, Matteo Salvini’s League was on the rise in Italy, propelling the anti-migrant Trump-admiring populist to the post of deputy prime minister. In Spain, the far-Right Vox became a serious force. In Poland, the nationalist Law and Justice won a bolstered majority in a 2019 general election. They welcomed Mr Trump to Warsaw for the president’s first major speech in Europe; bussing in cheering supporters for the address and he rewarded them with fulsome praise. Viktor Orban, the Right-wing nationalist dubbed “Trump before Trump” and now darling of US conservatives, won his third election in a row in Hungary. The same year, Boris Johnson won a landslide victory in the UK for the Tories against Jeremy Corbyn’s Labour after promising to “get Brexit done”. Nigel Farage forged a friendship with Mr Trump based on a shared disdain for the EU. His Brexit Party returned the most MEPs in the 2019 European elections, which would be the last the UK contested before leaving the EU.

La presidencia de Trump ahora parecía el punto más alto de una ola populista que había estallado y ahora estaba retrocediendo. Después de una serie de líderes caudillos que se sintieron inspirados y envalentonados por el primer mandato de Trump, el establishment liberal se estaba reafirmando y los “adultos en la sala” retomaban el control. Hombres fuertes En Brasil, Jair Bolsonaro, apodado “el Trump de los trópicos”, ganó la presidencia de su país en 2019. Al igual que Trump, era un populista outsider propenso a estallidos escandalosos, con poco tiempo para políticas ambientales. En El Salvador, el empresario convertido en político Nayib Bukele llegó a la presidencia después de realizar una campaña influenciada por el MAGA que se destacó por su astuto uso de las redes sociales. Al político y empresario se le atribuye haber traído estabilidad a su país, convirtiendo una capital mundial del asesinato en un país más seguro que Canadá. Pero sus críticos señalan que ha encarcelado a decenas de miles de personas y que más del uno por ciento de la población está tras las rejas. Rodrigo Duterte asumió la presidencia de Filipinas en 2016 y lanzó una brutal represión del orden público que lo ha acusado de ordenar ejecuciones extrajudiciales. El nacionalista hindú Narendra Modi obtuvo un triunfo aplastante en 2019. En el Viejo Mundo, la Liga de Matteo Salvini iba en ascenso en Italia, impulsando al populista antiinmigrante y admirador de Trump al puesto de viceprimer ministro.En España, la extrema derecha Vox se convirtió en una fuerza importante. En Polonia, el partido nacionalista Ley y Justicia obtuvo una mayoría reforzada en las elecciones generales de 2019. Dieron la bienvenida a Trump a Varsovia para el primer discurso importante del presidente en Europa; transportó en autobús a sus seguidores que animaban el discurso y los recompensó con grandes elogios. Viktor Orban, el nacionalista de derecha apodado “Trump antes de Trump” y ahora favorito de los conservadores estadounidenses, ganó sus terceras elecciones consecutivas en Hungría. El mismo año, Boris Johnson obtuvo una victoria aplastante en el Reino Unido para los conservadores contra los laboristas de Jeremy Corbyn después de prometer “conseguir el Brexit”. Nigel Farage forjó una amistad con Trump basada en un desdén compartido por la UE. Su Partido Brexit obtuvo la mayor cantidad de eurodiputados en las elecciones europeas de 2019, que serían las últimas en las que participó el Reino Unido antes de abandonar la UE.