Populist wave rolls back But when Mr Biden sealed his victory with the presidential oath in Washington in 2021 and began reversing Mr Trump’s policies, it looked like the world had moved on. The Left was on the march, with their average vote share in the West rising from 41.4 per cent in 2020 to 42.3 per cent in 2024. In Germany, the centre-Left Olaf Scholz won elections in September 2021. The centre-Right CDU headed into opposition for the first time since Angela Merkel took power in 2005. The far-Right Alternative For Germany’s vote share nationally dropped by 2 per cent. In 2019, a year of two general elections in Spain, Pedro Sanchez, the Socialist party prime minister, embraced the hard-Left to secure his grip on power. When a Left-wing Italian government collapsed in 2021, Mario Draghi was parachuted in as the technocrat prime minister. The highly capable former European Central Bank chief was widely credited with saving the euro during the financial crisis. It would be hard to think of a more establishment candidate. In Canada, liberal heartthrob Justin Trudeau formed another government after calling a snap election in September 2021. In New Zealand the year before, Jacinda Ardern, a standard-bearer for woke politics, had won a landslide victory. In 2022, Mr Bolsonaro crashed to defeat against the Leftist Luiz Inácio Lula da Silva. In an echo of Mr Trump, he refused to concede defeat and allegedly plotted a coup to remain in power – a move that has seen him face charges. ‘America is back’ “America is back,” a smiling Mr Biden told European leaders when he met them at the G7 summit in Cornwall for his first trip abroad in June 2021. There would be no more threats of tariffs, no more scathing criticism of missed Nato defence spending targets, and no more playing hard and fast with the rules that had formed the international rules-based order since the Second World War. The relief among the likes of Emmanuel Macron was palpable. Finally, a return to normality after the turbulent and unpredictable years of Trump’s first term. “It’s great to have a US president who’s part of the club and very willing to co-operate,” Mr Macron said. Even Mr Johnson praised Mr Biden as “a breath of fresh air”.

La ola populista retrocede Pero cuando Biden selló su victoria con el juramento presidencial en Washington en 2021 y comenzó a revertir las políticas de Trump, parecía que el mundo había seguido adelante. La izquierda estaba en marcha, y su porcentaje medio de votos en Occidente aumentó del 41,4 por ciento en 2020 al 42,3 por ciento en 2024. En Alemania, el centroizquierda Olaf Scholz ganó las elecciones en septiembre de 2021. La centroderecha CDU encabezó a la oposición por primera vez desde que Angela Merkel asumió el poder en 2005. El porcentaje de votos de la extrema derecha Alternativa para Alemania cayó un 2 por ciento a nivel nacional. En 2019, un año de dos elecciones generales en España, Pedro Sánchez, el primer ministro del Partido Socialista, abrazó a la extrema izquierda para asegurar su control del poder. Cuando un gobierno italiano de izquierda colapsó en 2021, Mario Draghi se lanzó en paracaídas como primer ministro tecnócrata. Al muy capaz ex jefe del Banco Central Europeo se le atribuye ampliamente el mérito de haber salvado el euro durante la crisis financiera. Sería difícil pensar en un candidato más tradicional. En Canadá, el galán liberal Justin Trudeau formó otro gobierno después de convocar elecciones anticipadas en septiembre de 2021. En Nueva Zelanda, el año anterior, Jacinda Ardern, abanderada de la política despierta, había obtenido una victoria aplastante. En 2022, Bolsonaro se estrelló contra el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.Haciendo eco de Trump, se negó a admitir la derrota y supuestamente planeó un golpe de estado para permanecer en el poder, una medida que lo ha llevado a enfrentar cargos. 'Estados Unidos ha vuelto' “Estados Unidos ha vuelto”, dijo un sonriente Biden a los líderes europeos cuando se reunió con ellos en la cumbre del G7 en Cornualles para su primer viaje al extranjero en junio de 2021. No habría más amenazas de aranceles, no más críticas mordaces por el gasto de defensa incumplido de la OTAN. objetivos, y no volver a jugar duro y rápido con las reglas que habían formado el orden internacional basado en reglas desde la Segunda Guerra Mundial. El alivio entre personas como Emmanuel Macron fue palpable. Por fin, un regreso a la normalidad tras los años turbulentos e impredecibles del primer mandato de Trump. "Es fantástico tener un presidente estadounidense que sea parte del club y esté muy dispuesto a cooperar", dijo Macron. Incluso Johnson elogió a Biden como “un soplo de aire fresco”.