Britain was one of the few countries to buck the trend, as Labour won a landslide victory. Even then, Nigel Farage’s Reform won a record four million votes and finally secured its leader a seat in Parliament. The Rightward trend looks set to continue. Earlier this month, a tearful Justin Trudeau resigned. Pierre Poilievre, a Right-wing firebrand backed by Elon Musk, is the favourite to replace him as Canada’s prime minister. The Right is leading Australia’s Left-wing government in the polls. In November, Trump’s global network of allies and imitators celebrated. Mr Bolsonaro said Mr Trump’s victory represented “the triumph of the people’s will over the arrogant designs of an elite who disdain our values, beliefs, and traditions”. Mr Milei congratulated Mr Trump on his “formidable victory” and wished him “success and blessings”. The next day, as he hosted the European Political Community summit in Budapest, Mr Orban looked like the cat who had got the cream. “Good job Mr President”, tweeted Ms Meloni, while Santiago Abascal, the leader of Spain’s far-Right Vox posted photos of himself meeting Mr Trump and his vice-president JD Vance. “Never stop, always keep fighting and winning elections,” Mr Wilders said. “Congratulations President Trump! Congratulations America! A second inauguration Now it is Mr Trump’s turn for an inauguration ceremony, while the Democrats try to pick up the pieces after their crushing defeat. Characteristically, he has broken with protocol and invited foreign leaders, and some of the world’s most controversial politicians, to his big bash. They include Mr Milei, Ms Meloni, Mr Orban, and Salvador’s Mr Bukele, who calls himself “the world’s coolest dictator” on X. Not all will make it because of scheduling issues. Mr Bolsonaro, who like Mr Trump survived an assassination attempt on the campaign trail, wants to make the pilgrimage to Washington. But he must first get his passport back from the Brazilian authorities, who seized it after accusing him of plotting a coup to stay in power. Mr Farage will certainly be in Washington, as will Mr Wilders, Mr Zemmour and Tom van Grieken of Vlaams Belang. The AfD’s Ms Weidel was invited and her co-leader will attend. Poland’s Mateusz Morawiecki, the former Law and Justice prime minister, will also be there. They have much in common, with Mr Trump and each other. A provocative style, a hostility toward migrants, wokery and those they call “the elites” and the effective use of social media to communicate directly with voters. The new president, the inspiration for their MAGA-style rise, can boast an international network of proxies ranging from the powerful to useful stooges who will parrot his talking points. Back home, the liberal establishment has long derided them as populists of the worst sort. But as the rising Right flocks to pay tribute to the 45th and 47th president, Mr Trump’s troops will feel the future belongs to them.

Gran Bretaña fue uno de los pocos países que se opuso a la tendencia, ya que los laboristas obtuvieron una victoria aplastante. Incluso entonces, la Reforma de Nigel Farage obtuvo un récord de cuatro millones de votos y finalmente aseguró a su líder un escaño en el Parlamento. La tendencia hacia la derecha parece que continuará. A principios de este mes, Justin Trudeau renunció entre lágrimas. Pierre Poilievre, un agitador de derecha respaldado por Elon Musk, es el favorito para reemplazarlo como primer ministro de Canadá. La derecha lidera en las encuestas al gobierno de izquierda de Australia. En noviembre, la red global de aliados e imitadores de Trump celebró. Bolsonaro dijo que la victoria de Trump representaba “el triunfo de la voluntad del pueblo sobre los diseños arrogantes de una élite que desdeña nuestros valores, creencias y tradiciones”. Milei felicitó a Trump por su “formidable victoria” y le deseó “éxito y bendiciones”. Al día siguiente, mientras era anfitrión de la cumbre de la Comunidad Política Europea en Budapest, Orban parecía el gato que se había llevado la crema. “Buen trabajo, señor presidente”, tuiteó Meloni, mientras que Santiago Abascal, el líder del partido de extrema derecha español Vox, publicó fotos de él mismo reuniéndose con Trump y su vicepresidente JD Vance. "Nunca pares, siempre sigue luchando y ganando elecciones", dijo Wilders. “¡Felicitaciones presidente Trump! ¡Felicitaciones América!Una segunda inauguración Ahora es el turno de Trump para una ceremonia de toma de posesión, mientras los demócratas intentan recomponerse después de su aplastante derrota. Es característico que haya roto el protocolo e haya invitado a su gran fiesta a líderes extranjeros y a algunos de los políticos más controvertidos del mundo. Entre ellos se encuentran Milei, Meloni, Orban y Bukele de Salvador, quien se autodenomina “el dictador más genial del mundo” en X. No todos lograrán asistir debido a problemas de programación. Bolsonaro, quien al igual que Trump sobrevivió a un intento de asesinato durante la campaña electoral, quiere hacer la peregrinación a Washington. Pero primero debe recuperar su pasaporte de las autoridades brasileñas, que se lo confiscaron tras acusarlo de planear un golpe de estado para mantenerse en el poder. Sin duda, el señor Farage estará en Washington, al igual que el señor Wilders, el señor Zemmour y Tom van Grieken de Vlaams Belang. La señora Weidel, del AfD, fue invitada y asistirá su colíder. También estará presente Mateusz Morawiecki de Polonia, ex primer ministro de Derecho y Justicia. Tienen mucho en común, con Trump y entre sí. Un estilo provocativo, una hostilidad hacia los inmigrantes, los trabajadores y aquellos a quienes llaman “las élites” y el uso efectivo de las redes sociales para comunicarse directamente con los votantes.El nuevo presidente, la inspiración para su ascenso al estilo MAGA, puede presumir de una red internacional de representantes que van desde los poderosos hasta los títeres útiles que repetirán como loros sus temas de conversación. En casa, el establishment liberal los ha ridiculizado durante mucho tiempo como populistas de la peor calaña. Pero a medida que la derecha en ascenso acuda en masa para rendir homenaje a los presidentes número 45 y 47, las tropas de Trump sentirán que el futuro les pertenece.