It seemed a laudable enough aim. When The Good Literary Agency was launched in late 2017 with more than £500,000 of funding from Arts Council England (ACE), its mission was to identify exceptional writers who identified as black and minority ethnic, working class, disabled or LGBTQ, nurturing their work and ultimately getting them book deals. Helmed by author Nikesh Shukla – who edited the 2016 groundbreaking essay collection The Good Immigrant, featuring the likes of Riz Ahmed and Nish Kumar – and literary agent Julia Kingsford, the then ACE literature director Sarah Crown said the duo were “ideally placed to make a direct and meaningful intervention in this area, and we are glad to be able to support them as they go forward.” And yet, seven years and £1.28 million of public money allocated later, The Good Literary Agency last week said that, “with great sadness we have made the decision to close the agency at the end of March.” All staff would be made redundant, the future of all their authors and agents up in the air. Put simply, despite vast grants being handed out to TGLA – two awards totalling £379,959 were made in 2021 and it won NPO (National Portfolio Organisation) status in 2023, meaning it would receive £152,542 annually until 2026 – they still couldn’t make their idea work as a viable business. Some commentators, such as philosopher and writer Kathleen Stock, have suggested that virtue signalling, holier-than-thou branding will always struggle to be sustainable. Writing in Unherd this week, she questioned whether Shukla’s post-mortem that “we did the best we could,” or Kingsford’s subsequent valedictory remarks that they were “hopeful change-makers” were really valid excuses.

Parecía un objetivo loable loable. Cuando la buena agencia literaria se lanzó a fines de 2017 con más de £ 500,000 de fondos del Consejo de Artes de Inglaterra (ACE), su misión era identificar escritores excepcionales que se identificaron como negros y minoritarios étnicos, clase trabajadora, discapacitado o LGBTQ, fomentando su trabajo Y en última instancia, conseguirles ofertas de libros. Dirigido por el autor Nikesh Shukla, quien editó la innovadora colección de ensayos de 2016 The Good Inmigrant, con personajes como Riz Ahmed y Nish Kumar, y la agente literaria Julia Kingsford, la entonces directora de literatura as Sarah Crown, dijo que el dúo estaba "idealmente colocado para hacer un Intervención directa y significativa en esta área, y estamos contentos de poder apoyarlos a medida que avanzan ”. Y, sin embargo, siete años y £ 1.28 millones de dinero público asignados más tarde, la buena agencia literaria la semana pasada dijo que "con gran tristeza hemos tomado la decisión de cerrar la agencia a fines de marzo". Todo el personal se volvería redundante, el futuro de todos sus autores y agentes en el aire. En pocas palabras, a pesar de que se entregan grandes subvenciones a TGLA: se otorgaron dos premios por un total de £ 379,959 en 2021 y ganó el estado de NPO (Organización Nacional de Portafolio) en 2023, lo que significa que recibiría £ 152,542 anualmente hasta 2026. Su idea funciona como un negocio viable.Algunos comentaristas, como la filósofa y escritora Kathleen Stock, han sugerido que la señalización de la virtud, la marca más sagrada que tú siempre tendrá dificultades para ser sostenible. Escribiendo en Unherd esta semana, ella cuestionó si la post mortem de Shukla que "hicimos lo mejor que pudimos", o los comentarios de desechos posteriores de Kingsford de que eran "fabricantes de cambios esperanzados" eran excusas realmente válidas.