On 23 June 2016, almost 17.5 million British people – the largest democratic turnout in the United Kingdom’s history – voted to leave the European Union. In the ‘Brexit battles’ that followed, the reasons why British citizens were moved in such decisive numbers to vote as they did have largely been forgotten. The ‘Remain’ campaign were – and in some respects still are – like the Japanese soldiers at the end of WW2 who wouldn’t come out of the jungle. These pro EU, anti-democracy campaigners did everything in their power to subvert democracy, and among their number were many senior politicians – including many now on the Labour front bench, such as Northern Ireland Secretary Hilary Benn – who shamefully betrayed our own national interest by engaging in various political and procedural conspiracies with the EU to try and undermine the democratic decision arrived at in our country. Indeed in the Commons it was the present Prime Minister, Sir Keir Starmer, who as the opposition Europe Minister did everything he could to stop us leaving. He called for a second referendum and it was at that point I left the Labour Party as I could no longer trust it to act democratically. But if that campaign to override democracy did anything useful, it was to remind us all as to why we voted to leave the European Union in the first place. Now, nearly nine years on, it is important that we remind the public of what the EU is.

El 23 de junio de 2016, casi 17.5 millones de británicos, la mayor participación democrática en la historia del Reino Unido, votó para abandonar la Unión Europea. En las "batallas Brexit" que siguieron, las razones por las cuales los ciudadanos británicos se trasladaron en números tan decisivos para votar como lo habían olvidado en gran medida. La campaña de "permanecer" fue, y en algunos aspectos sigue siendo, como los soldados japoneses al final de la Segunda Guerra Mundial que no saldrían de la jungla. Estos accionistas antidemocracia de la UE hicieron todo lo que estaba en su poder para subvertir la democracia, y entre su número había muchos políticos de alto nivel, incluidos muchos ahora en el banco del frente laboral, como la secretaria de Irlanda del Norte, Hilary Benn, que traicionó vergonzosamente nuestro propio interés nacional Al participar en diversas conspiraciones políticas y procesales con la UE para tratar de socavar la decisión democrática a la que llegó en nuestro país. De hecho, en los bienes comunes fue el actual primer ministro, Sir Keir Starmer, quien como el Ministro de Oposición de Europa hizo todo lo posible para evitar que nos fuera. Pidió un segundo referéndum y fue en ese momento que dejé al Partido Laborista ya que ya no podía confiar en él para actuar democráticamente. Pero si esa campaña para anular la democracia hizo algo útil, fue para recordarnos a todos por qué votamos para abandonar la Unión Europea en primer lugar.Ahora, casi nueve años después, es importante que recordemos al público qué es la UE.