France’s favourite DIY chain Leroy Merlin has been accused of capitulating to “woke” pressure after it pulled its online advertising from a Right-wing magazine. The controversy erupted after a Left-wing online activist group publicly alerted the chain that one of its adverts had appeared on Frontières, which it denounced as a “despicable website” that is “obsessed with immigration”. The swift response by Leroy Merlin, which has more than 140 stores across France, has unleashed a torrent of fury from Right-wing politicians and online commentators who argue the company risks alienating “millions” of its conservative customers. Frontières has recently been targeted by the Sleeping Giants collective, a group that campaigns to cut advertising revenues for outlets it deems “hateful”, “extremist” or “racist”. The campaigners took issue with the magazine selling a T-shirt bearing what it described as a “xenophobic” slogan. It bore the words “This is our home” – the slogan often used by the populist party the National Rally, whose figurehead is Marine Le Pen, as well as Génération Identitaire, a far-Right group.

La cadena de bricolaje favorita de Francia, Leroy Merlin, ha sido acusada de capitular ante la presión de "despertar" después de que retiró su publicidad en línea de una revista de derecha. La polémica estalló después de que un grupo activista de izquierdas en Internet alertara públicamente a la cadena de que uno de sus anuncios había aparecido en Frontières, que denunció como un “sitio web despreciable” y “obsesionado con la inmigración”. La rápida respuesta de Leroy Merlin, que tiene más de 140 tiendas en toda Francia, ha desatado un torrente de furia por parte de políticos de derecha y comentaristas en línea que argumentan que la compañía corre el riesgo de alienar a “millones” de sus clientes conservadores. Frontières ha sido recientemente atacada por el colectivo Sleeping Giants, un grupo que hace campaña para recortar los ingresos publicitarios de medios que considera “odiosos”, “extremistas” o “racistas”. Los activistas se opusieron a que la revista vendiera una camiseta con lo que describieron como un eslogan “xenófobo”. Llevaba las palabras “Esta es nuestra casa”, el lema utilizado a menudo por el partido populista Agrupación Nacional, cuya figura decorativa es Marine Le Pen, así como por Génération Identitaire, un grupo de extrema derecha.